Estoy tratando de encontrar un pequeño aroma.
Una luz.
Una textura suave y acogedora, tibia.
Un sabor de la infancia.
Una canción.
Los he buscado por aquí y por allá.
Adentro y afuera.
Arriba y abajo.
¿Adónde están?
Estoy tratando de encontrar el aroma de la leña ardiendo.
Las luces del árbol.
La cobija que me abriga en las noches.
El sabor de la sandía.
La aguda voz de mi cantante favorita.
¡Cuánto me reconfortaría!
Pero no lo encuentro.
¡No lo encuentro!
¿Adónde han ido?
Desearía oler mi hogar.
Ver el brillo.
Sentir el calor.
Degustar el dulce.
Escuchar el arruyo.
Pero no puedo.
Porque no lo encuentro.
Y me canso de buscar.
¿Adónde están?
Tuesday, July 12, 2011
Sunday, April 03, 2011
De donde vengo
De donde vengo pareciera ser uno más de mis sueños. Es difícil distinguir ese recuerdo que, aunque no muy lejano, es totalmente difuso. Mi propio recuerdo, hoy, es como si no hubiese sido yo. Hoy soy quien en realidad soy. Ayer, era lo que vos querías que fuera.
Lentamente voy descubriendo lo que hay debajo de aquellos telones y máscaras tras los que me había ocultado. A veces encuentro rincones oscuros y tenebrosos en los que he merodeado. Otras, encuentro ventanales llenos de luz y paisajes. He respirado el polvo de aquellos cuartos que hace tanto no visitaba. Y en algunos, me he quedado algunos días... recordando. Recordando. Escuchando voces que me arrullaban en la infancia. Visitando al niño que reía, gritaba y cantaba.
En algunas habitaciones también he llorado. He recordado frustraciones, y me he creado algunas nuevas. He buscado soluciones, he imaginado el futuro. He intentado construir a partir de lo que ahora soy y lo que ahora tengo. Me he odiado, me he amado... he perdonado y he querido perdonarme, pero lo sigo intentando.
Mi yo, ayer, es cada vez más difuso. Hoy, más fuerte. Mañana, aún no lo sé. De donde vengo viví por tu deseo, y ya no más. Siento que apenas empiezo a conocerme. Siento que apenas comienzo a vivir.
Lentamente voy descubriendo lo que hay debajo de aquellos telones y máscaras tras los que me había ocultado. A veces encuentro rincones oscuros y tenebrosos en los que he merodeado. Otras, encuentro ventanales llenos de luz y paisajes. He respirado el polvo de aquellos cuartos que hace tanto no visitaba. Y en algunos, me he quedado algunos días... recordando. Recordando. Escuchando voces que me arrullaban en la infancia. Visitando al niño que reía, gritaba y cantaba.
En algunas habitaciones también he llorado. He recordado frustraciones, y me he creado algunas nuevas. He buscado soluciones, he imaginado el futuro. He intentado construir a partir de lo que ahora soy y lo que ahora tengo. Me he odiado, me he amado... he perdonado y he querido perdonarme, pero lo sigo intentando.
Mi yo, ayer, es cada vez más difuso. Hoy, más fuerte. Mañana, aún no lo sé. De donde vengo viví por tu deseo, y ya no más. Siento que apenas empiezo a conocerme. Siento que apenas comienzo a vivir.
Tuesday, February 01, 2011
La sustituta
Aquellos ojos buscaban algo, pero él no sabía exactamente qué era. Toda su vida se sintió vació, incompleto... dispensable. Nunca antes se había preguntado por qué imperaba aquel deseo de sentirse necesitado, hasta ahora.
De niño se esforzó, sin éxito, por encontrar calidez y amor. Fueron los ojos de su madre su primera vista, y lo único que encontró fue una mirada perdida. Una mirada que, aunque presente, en realidad veía a alguien más. El recuerdo, el dolor y la melancolía se enredaban aún con las legañas casi permanentes en sus ojos.
Así creció él. Buscando una sustituta. Buscando ser correspondido, y no se había dado cuenta.
Creció... pero seguía siendo un niño.
De niño se esforzó, sin éxito, por encontrar calidez y amor. Fueron los ojos de su madre su primera vista, y lo único que encontró fue una mirada perdida. Una mirada que, aunque presente, en realidad veía a alguien más. El recuerdo, el dolor y la melancolía se enredaban aún con las legañas casi permanentes en sus ojos.
Así creció él. Buscando una sustituta. Buscando ser correspondido, y no se había dado cuenta.
Creció... pero seguía siendo un niño.
Sunday, January 16, 2011
El miedo
Se ha disfrazado con miles de máscaras. Ha intentado asfixiarme algunas veces -ninguna lo ha logrado-. Me ha paralizado. Ha acelerado mi pulso. Ha logrado que mis palmas suden. Me ha engañado. Ha fingido su identidad. Me ha tenido tratando de descifrar de dónde proviene. Me ha hecho llorar. Ha llegado a desesperarme. Me ha hecho gritar.
Ha debatido con mis impulsos. Ha nublado mi razón. Se ha arraigado en mi mente. Nunca me ha abandonado. Me ha recordado que existe de miles de formas. Se ha transformado. Ha hecho que me sienta vivo -también que me sienta muerto-.
Ha impedido que avance. Ha surgido por los acontecimientos más insospechables. Ha madurado. Ha crecido. Se ha hecho el muerto. Me ha hecho creer que lo he vencido.
Contagió a mi madre y nací con él, y por él y amenaza con acompañarme también el día que yo acabe.
Me roba oxígeno.
Aniquila mis neuronas.
Me ha causado obsesiones, compulsiones y neurosis.
Ha sido uno de mis motores de vida.
Me ha colocado en lugares que no me corresponden. Le da mala reputación al fracaso. Me ha alejado de mi soledad. Me ha sacado de apuros. Me ha limitado, lo cual no siempre le reprocho.
Me ha puesto a pensar: ¿de dónde vienes y por qué no te has ido?
Ha debatido con mis impulsos. Ha nublado mi razón. Se ha arraigado en mi mente. Nunca me ha abandonado. Me ha recordado que existe de miles de formas. Se ha transformado. Ha hecho que me sienta vivo -también que me sienta muerto-.
Ha impedido que avance. Ha surgido por los acontecimientos más insospechables. Ha madurado. Ha crecido. Se ha hecho el muerto. Me ha hecho creer que lo he vencido.
Contagió a mi madre y nací con él, y por él y amenaza con acompañarme también el día que yo acabe.
Me roba oxígeno.
Aniquila mis neuronas.
Me ha causado obsesiones, compulsiones y neurosis.
Ha sido uno de mis motores de vida.
Me ha colocado en lugares que no me corresponden. Le da mala reputación al fracaso. Me ha alejado de mi soledad. Me ha sacado de apuros. Me ha limitado, lo cual no siempre le reprocho.
Me ha puesto a pensar: ¿de dónde vienes y por qué no te has ido?
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