Sunday, January 16, 2011

El miedo

Se ha disfrazado con miles de máscaras. Ha intentado asfixiarme algunas veces -ninguna lo ha logrado-. Me ha paralizado. Ha acelerado mi pulso. Ha logrado que mis palmas suden. Me ha engañado. Ha fingido su identidad. Me ha tenido tratando de descifrar de dónde proviene. Me ha hecho llorar. Ha llegado a desesperarme. Me ha hecho gritar.

Ha debatido con mis impulsos. Ha nublado mi razón. Se ha arraigado en mi mente. Nunca me ha abandonado. Me ha recordado que existe de miles de formas. Se ha transformado. Ha hecho que me sienta vivo -también que me sienta muerto-.

Ha impedido que avance. Ha surgido por los acontecimientos más insospechables. Ha madurado. Ha crecido. Se ha hecho el muerto. Me ha hecho creer que lo he vencido.

Contagió a mi madre y nací con él, y por él y amenaza con acompañarme también el día que yo acabe.
Me roba oxígeno.
Aniquila mis neuronas.
Me ha causado obsesiones, compulsiones y neurosis.
Ha sido uno de mis motores de vida.

Me ha colocado en lugares que no me corresponden. Le da mala reputación al fracaso. Me ha alejado de mi soledad. Me ha sacado de apuros. Me ha limitado, lo cual no siempre le reprocho.

Me ha puesto a pensar: ¿de dónde vienes y por qué no te has ido?