De donde vengo pareciera ser uno más de mis sueños. Es difícil distinguir ese recuerdo que, aunque no muy lejano, es totalmente difuso. Mi propio recuerdo, hoy, es como si no hubiese sido yo. Hoy soy quien en realidad soy. Ayer, era lo que vos querías que fuera.
Lentamente voy descubriendo lo que hay debajo de aquellos telones y máscaras tras los que me había ocultado. A veces encuentro rincones oscuros y tenebrosos en los que he merodeado. Otras, encuentro ventanales llenos de luz y paisajes. He respirado el polvo de aquellos cuartos que hace tanto no visitaba. Y en algunos, me he quedado algunos días... recordando. Recordando. Escuchando voces que me arrullaban en la infancia. Visitando al niño que reía, gritaba y cantaba.
En algunas habitaciones también he llorado. He recordado frustraciones, y me he creado algunas nuevas. He buscado soluciones, he imaginado el futuro. He intentado construir a partir de lo que ahora soy y lo que ahora tengo. Me he odiado, me he amado... he perdonado y he querido perdonarme, pero lo sigo intentando.
Mi yo, ayer, es cada vez más difuso. Hoy, más fuerte. Mañana, aún no lo sé. De donde vengo viví por tu deseo, y ya no más. Siento que apenas empiezo a conocerme. Siento que apenas comienzo a vivir.